Chicos de hoy en día 12/04/2021 – Publicado en: Adelanto, Novedades – Tags: , , , , , , , ,

Si en estos tiempos revueltos existe un portaestandarte del cómic gay fuera de toda sospecha, ese no es otro que Sebas Martín. Lejos de oportunismos y modas, Sebas lleva un porrón de años practicando un cómic de raigambre homosexual y de alcance universal, un costumbrismo en viñetas de frescura y naturalidad irresistibles, donde hombres y mujeres corrientes se relacionan, van y vienen, se pierden y se encuentran y se vuelven a perder, y en general se manejan como buenamente pueden por el escenario apasionado y sentimental de la gran metrópolis barcelonesa.

En este nuevo libro de título revoltoso, Mi novio, un virus y la madre que me parió, Sebas retoma el personaje de Salvador, alter ego del autor cuyas aventuras hemos ido siguiendo en obras anteriores como Estoy en ello, Aún estoy en ello, Los chulos pasan pero las hermanas quedan, Yo lo vi primero o Demasiado guapo. Una bibliografía ya considerable que ahora incorpora la circunstancia de un Salvador recién estrenado como tío cuando su hermana decide replicar sus genes, pero que también se va a ver abrumado por la senectud de su madre, anciana e intratable, y por la paranoia y los celos crecientes que le está generando su relación con Monty, un joven gitano tremendo que juega al fútbol en un equipo de once maromos… más los del banquillo. Ah, bueno, ¡y lo de la pandemia dichosa!

Además de la ternura, el humor, sus reflexiones sobre el paso del tiempo y el habitual punto erótico con que salpimenta sus trabajos, Sebas se convierte aquí en cronista de los días de confinamiento, recoge las sacudidas que desde dentro o desde fuera vienen a alborotar nuestras costumbres y nos habla en primera persona de la transformación que día a día experimentamos por el mero hecho de estar vivos.

Mi novio, un virus y la madre que me parió es una lectura emotiva, salada y sexy donde un Sebas llano, divertido y confidente se fija en unos y otros, atiende el detalle y al final determina que sí, que la vida da muchas vueltas, pero que uno siempre está siempre en sus zapatos.

Asómate aquí a la cotidianidad de Salvador y los suyos.