Con la solvencia narrativa de Flavia Biondi, de quien ya leímos Tiempos precarios, llega ahora una novela gráfica que en cada una de sus viñetas emana humanidad y sentido común
Tal vez, quién sabe, la suma de dos soledades pueda componer una buena compañía. Quizás Amelia y Ada, ambas corazones viajeros, acaben por acostumbrarse la una a la otra, y puede que, de alguna manera, también quizás, algún día todo este dolor nos acabe por ser útil.