Hubo un tiempo, miles de años atrás, en que el Espíritu Lunar pasaba las noches sobrevolando el desierto. Nadie vio nunca su manto de estrellas, porque todas las criaturas dormían, hasta que una noche algo ocurrió… Tiempo después, la joven Anya ha escogido ese camino de la noche, solitario y frío, pero también muy propicio al conocimiento interior. Erigida en guardiana de las polillas lunares, su misión será que no pierdan su luz, bien necesario…
Continue readingHa pasado más de un año desde que se le se confiara el cuidado de Ginseng, pero Greta se siente incapaz de ahuyentar la nube de tristeza que se cierne sobre su afligido dragón de té, atrapado en el duelo por su antiguo cuidador. Por si la preocupación fuera poca, la joven herrera debe esforzarse en la forja de una pieza lo suficientemente espectacular como para impresionar a un célebre maestro que anda en busca…
Continue readingEiii, fijo que todos los coruñeses y coruñesas están ya al tanto, pero para el resto de mortales, aquellos que viváis por los alrededores o estéis de viaje, entre el polbo á feira, el cocido y el lacón con grelos, encontrad un hueco para pasaos a ver la expo de Katie O’Neill que prepararon los amigos del festival Viñetas desde o Atlántico junto con Brúfalo Lector y unos servidores. Lo primero de todo, ¿dónde y cuándo? Aquí tenéis…
Continue readingEn La Sociedad de los Dragones de Té, la artista neozelandesa Katie O’Neill nos introducía en un mundo de fantasía poética donde se mezclaban razas y especies, y en el que hojas de té brotaban en la cabeza de pequeños dragones. En aquella sencilla historia vibraba una voz especial, un sentido dulce y emotivo del relato que la autora ahora retoma para ofrecernos El Festival de los Dragones de Té, una precuela con la que…
Continue readingLana está encantada de volver a Bahía Abalón, aunque sea para ayudar a su tía Mae en las reparaciones necesarias tras el paso de una tormenta especialmente violenta. El lugar sigue lleno de recuerdos. De pequeña, Lana pasó allí mucho tiempo, entre otras cosas porque su madre quería asegurarse de que se criase en respeto y amor al mar. Así sería, aunque Lana y su padre acabaron yéndose a vivir a la ciudad poco después…
Continue reading
Continue reading...
Continue reading...
Continue reading...
Continue reading...
Continue reading...