Tras la grata sorpresa que supuso su novela gráfica Rosa, Gaëlle Geniller hace aquí otro alarde de su habilidad natural para la confección de mundos melancólicos de luces y atmósferas.
Cada casa es un mundo. Y en el confortable corazón del hogar no solo hay lugar para la luz, también anidan maldiciones y secretos.
Cómics. Clases de dibujo. Patinetes. Espíritus del bosque. Dos bodas. ¡Dos bodas!
Por si desaparezco nos muestra, de manera franca y con una notable inteligencia emocional, cómo la juventud de hoy enfrenta una avalancha de obstáculos en cuanto a salud mental, y cómo sale adelante, teje redes y se sana en comunidad.
Tal vez no hiciera falta una pandemia para certificar que el ser humano es un animal mediocre y capaz de lo peor. Tampoco un cambio climático y mucho menos una catástrofe nuclear. Pero es lo que hay.