¿A quién le importa la guerra del Peloponeso? Eso mismo se preguntaban las sufridas esposas de los guerreros, esperando en casa mientas sus maridos batallaban en lejanas tierras, resignadas a que un día ellos no pudieran volver por su propio pie. ¿Resignadas? Bueno, así fue hasta que Lisístrata dijo basta y las convenció para que les negaran a sus cónyuges todo favor sexual. Así, los soldados estarían tan desesperados al no tener con quién desahogarse, que firmarían la paz con tal de poder recuperar a sus medias naranjas. Con lo que ellas no contaban es que cuando una mujer se aleja de un hombre, siempre puede haber otro hombre dispuesto a ocupar el lugar de ella. El famoso dibujante Ralf König pone su granito de arena en una nueva lectura de los clásicos, aportando su personal visión a la ya de por sí divertida comedia de Aristófanes, Lisístrata.
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