Hubo un tiempo en que en Huerta ocurrían cosas. Ahora Hopey tiene un hijo de cinco años y Maggie vive con Ray, que a su vera combate el mundo todos los días. La juventud sigue siendo invulnerable pero ya no es en ellos diamante sino carbón. Combustible. Y en el fondo late la sensación última de que, por más que cambien las cosas, todo sigue más o menos igual. Más o menos bien.
Beto Hernandez retoma en estas páginas su gran novela secular para relatarnos los primeros pasos de Tonantzin, la niñez de Gato, los días y las horas de Luba, Heraclio, Chelo, Vicente, Pipo, Fritz, Carmen… todos ellos personajes de ficción. Aunque parezca mentira.