A Emma se la han jugado buena. Tim, su novio, ha conseguido escapar en el último momento, dejándola a merced de la policía con la bolsa de viaje llena de heroína. El juez, decide condenarla a un año de prisión en una cárcel «muy liberada y adelantada a su época». Poco sospecha Emma la que se le viene encima.
Obligada a desnudarse nada más entrar en el penal, en adelante nuestra protagonista será obligada a satisfacer todos los caprichos de sus guardianes, que abusarán de ella repetidamente, la violarán en grupo y la torturarán física y mentalmente hasta doblegarla por completo.
¿O tal vez sea que en el fondo le está pillando el gustillo a la obediencia ciega y a la vejación?
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