El iracundo Héctor ha emprendido una colecta vecinal para financiar el tratamiento de su hijo enfermo. En el mismo bloque comparten apartamento varias parejas, cada una con sus problemas particulares: el drama de un dibujante que no encuentra editor, relaciones carnales interrumpidas por la maternidad… Y luego está Cynthia Pétalo, visitada por entidades extraterrestres orientadas exclusivamente al placer absoluto.
La comunidad se cohesiona en la mirada clandestina del señor Sphagnum, pervertido de profesión que tiene instalado un sistema de cámaras ocultas en el edificio y que ahora perfecciona otro para recolectar las cacas frescas y calentitas de sus vecinos.
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