El olor de los recuerdos, el chiringuito de los helados, el perro Perdut que es de todos y no es de nadie, el crepúsculo en la playa, el sabor del salitre en la piel y el dulce erotismo estival.
Es temporada baja y dos chicos se turnan al volante desde Francia hasta un pueblo de la costa española. El lugar está desierto pero en cada esquina late la memoria de aquellos veranos de infancia y juventud que ambos habían compartido con Cristina.
Cristina… Ah, la belleza soleada de Cristina.
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