La osita de peluche Sally es abandonada a su suerte por una niña caprichosa. En su periplo para volver a casa se encontrará con una tropa de seres estrambóticos entre los que se cuenta una suerte de unicornio en camiseta y vaqueros, un espantapájaros con piernas y… una cosa muy rara que cambia de color. Son los Kurdles, y tienen un problema: a la casa en que viven le ha empezado a salir pelo. Se trata de una enfermedad inmobiliaria, el mal de “la casa pilosa”, que tiene desesperados a los Kurdles. Tal vez Sally pueda echarles una mano.